INTRODUCCIÓN
Si bien la Administración intuitiva es antiquísima, la Administración como actividad profesional apenas va ha cumplir un siglo este año 2016
Los fundamentos teóricos y doctrinarios de la administración son obra del francés Henry Fayol y su contemporáneo norteamericano Frederick Taylor», que tuvieron transcendentales repercusiones en la historia de la humanidad. A partir de la década del 60, a la que Peter F. Drucker llamó el «boom» de la Administración, ha dado paso a la aparición, hasta hoy, de una diversidad de nuevas teorías organizacionales.
René Descartes desarrolló el pensamiento analítico, denominado también mecanicista, o reduccionista, que prevalece aún en muchos campos de la vida humana, incluyendo en esas Teorías Organizacionales Clásicas, que han considerado a las organizaciones como sistemas cerrados. En consecuencia, la Gestión Empresarial que se fundamenta en estos conceptos, derivados de principios generales preestablecidos y hace suposiciones simplificadoras para reducir la incertidumbre, y, por ello, se gerencia de espaldas al futuro.
La velocidad de los cambios actuales ha dejado en evidencia que la institucionalidad construida en las décadas pasadas del siglo XX no responde a los nuevos desafíos que nos plantea las tendencias y escenarios globales. La actual globalización económica, informática y cultural y la revolución de la inteligencia son fenómenos cuyos efectos constituyen transformaciones significativas y en particular un abanico de retos y de oportunidades que podemos convertir en ventajas competitivas. Los cambios que se están produciendo son tan importantes, tan profundos y algunos de tal celeridad, que sus efectos ya se sienten en las instituciones/organizaciones y empresas.
En dicho contexto de incertidumbre no son suficientes los análisis convencionales que se alimentan desde y con datos exclusivos del pasado; se hace imprescindible disponer, además, de nuevas herramientas que exploren e iluminen las posibles evoluciones futuras de problemáticas complejas en las que se ven inmersas tanto administraciones públicas como privadas. Además, sí consideramos que los cambios que suceden hoy en día no son evolutivos, sino más bien rupturas con las tendencias del pasado, entonces la planificación tradicional, basada en la previsión y pronóstico inmediatista carece de sentido.
En tal sentido, la Prospectiva Estratégica, como herramienta de gestión, analiza las posibles evoluciones de una organización, en un horizonte de tiempo determinado, teniendo en cuenta las interacciones que esta tiene con su entorno(endógeno y exógeno), con la finalidad su mejor gestión, a través del ejercicio colectivo donde convergen las voluntades de los actores de la organización.